El binomio mujer-belleza ha existido desde siempre. Pero en la actualidad ese binomio más que evocar algo positivo, promueve y fundamenta algunos estereotipos.
El momento de la pubertad es crucial para la madurez de una niña. La condición de cambios por la que está pasando, la hacen más sensible a los condicionamientos exteriores. Absorbe los estereotipos que se trasfieren desde las presiones exteriores –nunca eres bastante bella– hasta contaminar el mundo interior –eres chica entonces no eres capaz-.
La imagen de la mujer está yendo hacia dos direcciones. Mientras por un lado incrementa la visión del cuerpo de la mujer sexualizado, por el otro se reconocen cada vez más las múltiples dimensiones que desde siempre le pertenecen.
Hacer algo como una niña ¿es un insulto?
En Febrero 2015, en Estados Unidos salió un anuncio patrocinado por Always que tuvo un gran éxito: Like a girl. Se trata del resultado de un “experimento social” que se fundamenta en un estudio de Research Now. La iniciativa se ha convertido en un verdadero movimiento que tiene como objetivo crear conciencia de los estereotipos sociales sobre las mujeres y devolver a la frase como una niña su significado real y positivo.
En el video se les pide a algunas chicas y chicos adolescentes correr, luchar, tirar una pelota como una niña. Los adolescentes entrevistados lo hacen de manera ridícula, débil, estereotipada. A este punto aparece la pregunta: ¿Cuándo el hacer algo como una niña se ha convertido en un insulto? A continuación se les hace la misma pregunta a unas niñas entre 6 y 10 años. Ellas demuestran con energía y fuerza cómo corren, tiran, luchan. Una de ellas dice que correr como una niña significa correr lo más rápido que puede. Después de presentar el contraste entre las dos actitudes, se afirma que la confianza de una niña cae en picada durante la pubertad, pero no tiene que ser así.
¿Cuándo dejaste de sentirte hermosa?
La confianza y la autoestima que tiene una niña, a menudo desaparece durante la pubertad. Pero lo peor es que esa falta de confianza -esa especie de “vergüenza”- se puede arrastrar hasta la madurez.
Desde 2004 la marca Dove, ha empleado varias formas de comunicación para cuestionar los estereotipos de belleza, invitando a las mujeres a unirse para un diálogo sobre el concepto de belleza. Tras un estudio se vio que la definición de la belleza se ha convertido en limitante e inalcanzable: sólo el 2% de las mujeres del mundo se describiría bella. Por esa razón promueve una campaña (Real Beauty) que tiene el objetivo de elaborar una definición más amplia de la belleza y ayudar a las mujeres a tomar conciencia de lo bellas que son. En uno de los videos , se muestra una serie de mujeres progresivamente más maduras, que se esconden al darse cuenta que están siendo grabadas. En contraposición, al final del video se observa la reacción espontánea, feliz, orgullosa y confiada de algunas pequeñas al ver la cámara. El video acaba preguntando “¿Cuándo dejaste de pensar que eres guapa?”
Caída en picada
La pubertad es un momento muy delicado en el que una niña es más frágil y vulnerable frente a los estereotipos sociales. En especifico está más proclive a aceptar los limites –reales o imaginarios- en vez de superarlos.
Durante la primera adolescencia se producen tremendos cambios en todas las dimensiones de la persona: física, social, emocional, trascendente y racional. Los cambios del cerebro, determinan una amplificación de las emociones que se asocian con una conducta impulsiva y privada de juicio. Las influencias sociales pueden jugar un papel importante en las presiones que una niña siente respecto a su cuerpo, especialmente en la fase de la pubertad. Las niñas que se desarrollan más tarde se pueden sentir todavía “niñitas” comparadas con las de su edad. Mientras una que se desarrolla pronto puede sentirse fuera de lugar comparada con sus amigas. Su desarrollo físico puede que no sea conforme con su madurez psicológica. Existe el riesgo que se sienta presionada para hacer cosas que no son propias de su edad como salir con un chico o maquillarse y de esa manera “perder” una parte de su infancia.
Entre los 13 y los 15 años las niñas empiezan a ser más conscientes sobre la imagen que tienen de su cuerpo. Algunas investigaciones han revelado que existe una relación entre la insatisfacción con el propio cuerpo y un nivel bajo de autoestima, lo que incrementa la depresión y los problemas de alimentación.
¿Qué podemos hacer?
Hay que trabajar en su autoestima, en la construcción de una imagen positiva de su cuerpo, en el conocimiento de su mundo interior y en saber reconocer la diferencia entre sexo, sexualidad y amor. Todo ello limitando la exposición a los medios y ayudándole para que desarrolle un conocimiento critico.
No es posible anular los condicionamiento exteriores. Pero sí podemos trabajar para que nuestra hija se convierta en una mujer fuerte y sin miedos, capaz de lograr cualquier cosa buena se proponga para su vida. Esa fuerza puede recibirla de ti, papá y de ti mamá. Pero también del ambiente que escoges para que ella madure.