Las selfis y los avatares son algunas de las imágenes mediante las que se representa la identidad personal en el mundo digital. Es tiempo de preguntarse qué dicen de nosotros las fotos con las que nos mostramos en las redes.
Selfis fuera de control
En 2013, selfie fue la palabra del año para los Oxford Dictionaries, y en 2014 la Fundeu promovió la palabra “selfi” como adaptación al español del popular término para designar las autofotos o los autorretratos que se toman los usuarios de teléfonos móviles y tabletas.
La práctica de las autofotos, desgraciadamente, tiene un perfil de riesgo alto cuando los usuarios ponen en peligro su vida para obtener un foto única, que acaba siendo la última.
Un estudio reciente publicado en el Journal of Family Medicine and Primary Care(“Selfies: A boon or bane?”) ha recopilado la terrible suma de 259 muertes relacionadas con selfis extremasentre octubre de 2011 y noviembre de 2017 (hay un listado activo en la Wikipedia: “List of selfie-related injuries and deaths”).
En las conclusiones de la investigación se llega a recomendar el establecimiento de zonas libres de selfis en masas de agua, picos montañosos y rascacielos.
Pero, aun sin llegar a los casos extremos, hay que reconocer que la práctica de las selfis (y sus inevitables palos) está desvirtuando experiencias vitales en el ámbito familiar, educativo, turístico y social, convirtiendo al “fotógrafo” —invariablemente— en el protagonista de todas sus fotos.
Hay que hacer un esfuerzo por dejar de usar las cámaras como espejos y volver a usarlas como ventanas, para aprender a mirar al mundo y a los demás.
¿Qué dice de ti tu avatar?
El avatar es una imagen que representa la identidad de un usuario y que suele acompañar a su biografía o perfil en una comunidad en línea (redes sociales, juegos, foros y mensajería instantánea).
Esa imagen puede ser una fotografía en primer plano (rostro y hombros) o en primerísimo primer plano (rostro), o bien un dibujo de estilos muy diversos (bidimensional, tridimensional, fijo, animado, realista, anime) que puede representar al propio usuario o a un personaje de ficción con el que el usuario se identifica.
La decisión acerca de un avatar (y en algunos casos, sus modificaciones más o menos frecuentes) proyecta con total evidencia el modo en el que el usuario aspira a ser percibido y reconocido por su comunidad.
Como representación visual de la identidad personal, el avatar es una especie de alter egovirtual que tiene, al igual que una máscara, la capacidad de transformar al usuario en un personaje.
Vale la pena revisar los propios avatares en uso y preguntarse hasta qué punto nos representan, qué dicen de nosotros y que revela de nuestra identidad personal el modo en el que hemos decidido presentarnos en cada red.
Tal vez ha llegado la hora de hacerse una buena foto de estudio y de invertir un poco de tiempo en remozar los perfiles que nos representan en el mundo virtual.
Ver también: “Identidad digital y redes sociales”.
http://www.protegetucorazon.com/identidad-digital-redes-sociales/
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José Luis Orihuela es profesor en la Facultad de Comunicación de la Universidad de Navarra (Pamplona, España). Email: jlori@unav.es – Blog: ecuaderno.com – Twitter: @jlori – Medium: medium.com/@jlori