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Master en maternidad: 12 habilidades que toda empresa busca

mamá ocupada con bebé en brazos

 Por Maria Grazia Gualandi

(madre de 3)

Aunque me encanta celebrar con mi marido y mis niños el día de la madre, siento que mi día de la madre es el día en que nació mi primera hija. En ese día yo también nací como madre. Y con el nacimiento de cada uno de mis hijos celebro un nuevo nacimiento de mi maternidad.

Soy la persona de siempre, ya lo se. Pero al mismo tiempo mis hijos me han brindado la posibilidad de ser una versión más madura, capaz de amar, eficaz y feliz de mi misma. Creo que todas las madres del mundo pueden afirmar lo mismo.

Desafortunadamente en el mundo del trabajo, la maternidad se vive como un necesario y problemático acontecimiento de la vida, ya que las mujeres interrumpen y desconectan de su propio trabajo. Y cuando vuelven –si lo hacen- piden más flexibilidad. Aunque cuando el clima de rechazo en el trabajo no es tan evidente, provoca en las mamás un sentimiento de desmotivación, baja autoestima e incapacidad para conciliar las nuevas necesidades familiares con el trabajo. El momento más feliz de sus vidas se puede convertir en un momento muy estresante y “funcionar” por debajo de su potencial.

Recientemente la opinión pública está valorando una nueva imagen de la maternidad y de las competencias que cada mujer adquiere por el hecho de ser mamá. Podemos recordar unos videos que han tenido una audiencia increíble: “Ser madre es un plus” y “Una entrevista para el trabajo más difícil del mundo”.

En Italia hace poco nació un programa único en el mundo: La maternidad es un master (MAAM-Maternity As A Master) dirigido a directivas de empresas y a mujeres en baja por maternidad. El objetivo es transformar esa experiencia en una oportunidad de crecimiento. A través de actividades de formación y entrenamiento se busca reconocer, acrecentar y valorar las competencias que derivan de la experiencia de la maternidad.

Vamos a ver cuales son algunas (no son todas) competencias que desarrollan todas las mamás del mundo.

  1. Investigación

Cuando te conviertes en madre, descubres dos grandes verdades. La primera es que los hijos no vienen con manual de instrucciones y la segunda es que, desde el primer día de espera de tu hijo, todo el mundo está convencido de que es patrimonio de la humanidad. Los consejos, las admoniciones, las advertencias, son algo con que los padres convivirán desde ahora hasta el final. Las nuevas mamás aprendemos a investigar y tener un juicio sobre la gran cantidad de información y consejos que llegan por todas partes. Las mamás, aprendemos a saberlo todo: el mejor cochecito para bebés, los pros y contra de las vacunas, los beneficios de la lactancia o la mejor marca papillas para bebés. Esa gran capacidad de buscar lo que es mejor para los propios hijos, puede ser fácilmente transferida al mundo del trabajo.

 

  1. Solución de problemas

Esa palabra mágica problem solving, es la vida real y diaria de cada segundo del día de una mamá. Las mamás no resolvemos problemas. Somos la solución a todos los problemas, tanto de los hijos como del marido.

 

  1. Manejo del tiempo

Las mamás somos mágicas. Tenemos una varita que nos permite transformar un día de 24 horas en el doble. ¿Cómo podríamos si no llevar a los hijos a la escuela, limpiar la casa, preparar la comida, dedicar a cada uno un momento especial, participar a las reuniones de los hijos o llevarlos al médico, tener un hobby (cuando hay suerte), acompañarlos en las actividades de la tarde…? Y quizá ¿tener un trabajo fuera de casa? Y además ¿estar guapísimas? La varita es la única explicación.

  1. Multitasking y habilidad para reconocer las prioridades

¿Has visto alguna vez ver a una mamá arrullando el cochecito vacío de su bebé mientras lo tiene en sus brazos? Y al mismo tiempo ¿mantener una conversación con una amiga y no quitar los ojos del hijo que juega? Desde que somos mamás hacer solo una cosa a la vez no es un lujo, es una pérdida de tiempo. La casa es como una oficina. Las mamás somos las manager de la casa y tenemos que estar seguras que cada uno de los departamentos funcione correctamente: el restaurante, el de la tintorería, el de guardería, el de limpieza extraordinaria, el de juegos y actividades de los hijos etc. Todo ello no se aleja mucho de lo que hace un manager de empresa. Es más: lo supera. Porque las mamás tenemos que hacerlo todo de inmediato. Nuestro software analiza en menos de un segundo lo que hay que hacer, establece las prioridades y las combina entre ellas como en un puzle para que rindan más.

  1. Comunicación y negociación

La comunicación, se sabe, es la competencia más importante para tener éxito en la vida social. Las mamás somos unas expertas. Y no solamente porque podemos entender a nuestro bebé cuando dice aa (¡ha dicho agua!) o pq sabemos cm escribir msj con el whatsapp. Sino que también tenemos la capacidad de pasar de unos temas que requieren un lenguaje muy sencillo (contar un cuento) a unos temas más complicaditos (decirle al hijo adolescente que no le vas a dejar salir por la noche). Las mamás entendemos la importancia de dar instrucciones muy sencillas sin dejar espacio para la libre interpretación. La negociación no es solo una palabra. Es cuestión de supervivencia. Y las mamás lo sabemos. Porque hemos sobrevivido a la rabieta de nuestra hija de 2 años que quería salir con su abrigo rosa (y 40 grados afuera) mientras que al mismo tiempo hemos logrado que la otra de 14 años no se fuera al pijama party de la amiga. Comunicar con unos colegas o con los clientes es como un juego de niños (que nosotras sabemos jugar).

  1. Trabajar en equipo y delegar

Cuando se trata de decidir qué preparar de cena o cuál es el plan para el fin de semana, hay que poner de acuerdo varias ideas, necesidades y personalidades. Las mamás tenemos esa capacidad de tener en consideración de manera razonable las exigencias de todos, examinando la situación desde distintos puntos de vista. Se supone que también sabemos delegar y pedir ayuda por la sobrecarga de trabajo que tenemos. Sería bonito que fuera verdad. Pero lo que es cierto es que -ya que nos han dicho que los encargos son educativos para los hijos- en nuestra casa el trabajo se comparte. Algunos días. Y dependiendo de las circunstancias. Bueno. En el fondo sabemos que somos la solución más eficaz a nuestros problemas.

 

  1. Experiencia en la enseñanza, entrenamiento personal y supervisión

Las mamás trabajamos con diferentes personalidades en diferentes edades y niveles. Somos profesoras cuando les ayudamos con las tareas Somos entrenadoras que les enseñamos a gatear, caminar, atar los zapatos, ir en bici, patinar, conducir el carro. Somos mentoras y supervisoras cuando orientamos a nuestros hijos para escoger su propio futuro, teniendo en cuenta las calidades y los límites de cada uno. Motivar es la clave que usamos las mamás para tener éxito con los hijos. Todos los empleadores deberían de estar impresionados por esos ejemplos de vida real que demuestran grande capacidad de administrar y hacer madurar las personas.

 

  1. Dedicación, pasión e identificación con la empresa

Hoy en día en el mundo del trabajo no se buscan solo personas competentes, si no se buscan personas dedicadas, con pasión y que se identifican con el proyecto de la empresa. Las mamás conocen el sentido del tiempo y lo invierten haciendo algo que consideran importante, algo para que merezca la pena trabajar y dejar a sus propios hijos fuera de sus cuidados durante un tiempo.

  1. Organización de eventos    

Baby shower, bautizos, cumpleaños, comuniones, quinceañeras, graduaciones, bodas, etc. La familia es una continua producción de eventos. Las mamás tienen varios títulos en ese ámbito. Organizar un evento de promoción de la empresa es pan comido.

 

  1. Habilidades financieras y presupuestarias

Combinar las entradas con las salidas, los gastos necesarios con darse y dar pequeños gustos de vez en cuando, el presente con los proyectos futuros de los hijos. Las mamás tenemos una visión muy amplia y real de lo posible y de los imposible en ámbito financiero.

 

  1. Resiliencia y adaptación

En la definición de Wikipedia, la resiliencia “es la capacidad de afrontar la adversidad saliendo fortalecido y alcanzando un estado de excelencia profesional y personal”. Las mamás afrontamos y nos adaptamos a cualquier tipo de cambio. Desde el cambio de la ropa y de los zapatos de los niños que ya no les sirven después de un par meses (tanto por talla como por cambio de estación), hasta cambio de casa, carro, muchas veces ciudad, idioma y país. Por no hablar del crecimiento de los hijos que te parece conocer un momento y al día siguiente ya son otros. La historia familiar siempre trae alguna que otra adversidad y las mamás intentamos afrontarlas y salir fortalecidas. Lo hacemos por nuestros hijos, por nuestra familia. Esa fortaleza ya es parte de nuestro ser y se refleja en todos los ámbitos de nuestras vidas. También en el trabajo.

  1. Capacidad para transformar situaciones difíciles en motivos para reír y disfrutar

“When the Queen is happy there is peace in the kingdom”. Cuando la Reina está feliz hay paz en el reino. Las mamás sabemos que nuestro humor condiciona el humor de nuestro marido y de nuestros hijos. Que con un poco de azúcar esa píldora que os dan pasará mejor”. Cuando ante una dificultad les decimos a nuestros hijos “todo va a ir bien” ellos saben que va a ser así. El buen humor y el optimismo son cualidades muy apreciadas en cualquier ámbito social. Y por supuesto también en el trabajo.

¿Lista para redactar tu nuevo CV?

 

¡Feliz día de la madre!

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