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¡Quiero a papá y a mamá en casa!

Escrito por: Maria Luisa Estrada de Vélez

Calidad o cantidad, ¿qué quieren los hijos?

¿En 49 minutos? ¿Ver una película, recibir una clase, hacer un poco de ejercicio, tomarse un café y leer el periódico, arreglarse para salir, comer, cenar, meterse a Facebook o chatear? A duras penas…

Pues bien, este es el tiempo que las familias inglesas consiguen estar reunidas cada día según una encuesta realizada con ocasión de la National Family Week entre 3.000 padres y 1.000 niños.

El 75% de los padres ingleses valoran la convivencia familiar frente a un 4% que dice que lo más importante en sus vidas es el dinero. Sin embargo un 20% le atribuye el escaso tiempo al estrés, otro 32% al horario de trabajo y un 36% a la prioridad de ganar más dinero.

En Protege tu corazón impartimos una sesión llamada “Mi Familia: oportunidad para crecer” para alumnos entre 10 y 13 años. Después de describir los factores que mantienen a una familia unida, se les propone que piensen ¿Cuánto tiempo pasamos juntos?. Cada alumno evalúa los minutos u horas que pasa al día conversando, jugando, viendo la tele, leyendo, paseando con su mamá o su papá, o haciendo algo con sus hermanos si los tiene.

Les toma un buen tiempo responderlo y surgen comentarios como: “con mi papá nunca estoy porque no vive con nosotros”, o “mi papá viaja mucho”, “mi mamá trabaja todo el día y la veo poco”, etc. En una ocasión una niña dijo: “yo veo a mi papá 23 segundos cada día, y explicó: cuando el llega a la casa suelo estar acostada, entonces se asoma a la puerta de mi habitación, me mira, me arregla las cobijas y luego se va. Yo me hago la dormida. He contabilizado 23 segundos!!!”

¿Cantidad o calidad?

El 60% de los padres encuestados considera que dar a los hijos tiempo de buena calidad va unido a gastar dinero. De ese modo muchos justifican el trabajar duro para después hacer un viaje, o pasar un día completo en un gran parque de diversiones. Lo curioso es que 2 de cada 3 niños prefiere estar más tiempo con sus papás pero en la casa, que hacer algo extraordinario. La consabida discusión de si es mejor la calidad que la cantidad, para estos niños parece estar clara. Quieren a papá y mamá en casa, todos los días, no como un evento especial y esporádico.

Kim Clark quien fuera Decano de la Escuela de negocios de Harvard les decía a los recién graduados: “Ningún éxito en los negocios compensa las fallas con sus familias. El trabajo más importante lo harán dentro del muro de sus hogares. Mi principal consejo es que inviertan primero en la familia”.

Vale la pena replantearse las cosas. Ponerse hora para salir del trabajo, y establecer prioridades. ¿Dinero para comprar cosas a los hijos? Mejor tiempo para estar con ellos. Las cosas pasan, se pierden, se gastan, pero los recuerdos vividos junto a los papás quedan grabados para siempre.

Personalmente recuerdo a mis papás leyendo, haciendo escultura, pintando, escuchando música, organizando la biblioteca. En los fines de semana podíamos aprender a hacer unos títeres, o unos cinturones de cuero junto a ellos. Compraban los materiales y nos enseñaban con paciencia mientras nos divertíamos. Estar ahí era el secreto. Y la alegría de los hijos.

La presencia en casa implica estar disponibles aunque al mismo tiempo se pueda hacer alguna actividad, no es incompatible. Leer un libro, arreglar un desperfecto, cambiar un foco, preparar la cena, conversar de los acontecimientos diarios, comer juntos, ayudar a los hijos en una tarea, ver un programa de televisión con ellos. No significa hacer cosas especiales cada día. Es el día a día lo que más llena y lo que deja huella en la formación del carácter de los hijos. Hay muchas actividades que no requieren dinero, pero si requieren vencer un poco la comodidad personal en favor de la familia.

Los niños nos lo están recordando: ¡quiero a papá y a mamá en casa cada día!

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